sábado, 24 de abril de 2010

Teorema

Le gustaba pensar en el amor como una entidad mágica. Indestructible como Superman. Indeformable, como los colchones ortopédicos y todopoderosa como Dios.
Al final resultó alguna suerte de energía. De esa que dicen, que no se crea, ni se destruye. Que solo se transforma. Y así fué. Aquel amor indestructible, indeformable y todopoderoso se transformó... se hizo polvo.

miércoles, 21 de abril de 2010

Los reinventos

Ah no, por el momento no estoy de acuerdo. Pero tampoco voy a entablar una discusión sin sentido y sin final. Se me ocurre, que de aquellos 3 seres que imaginé compartiendo impresiones de la vida, uno, el de la izquierda, llevaba consigo una palita de sepulturero. Pequeña, pero servía para lo mismo. Se echaba tierra, vivo como estaba, para sepultarse, convencido de que el final estaba cerca. Determinado mejor a enterrarse desde ya.

Aquel otro que iba al centro del encuadre, pretendía que todo estaba bien siempre. Que todo iría para mejor, que las soluciones estaban a la orden del día.  Una especie de psicópata del optimismo. Bueno, tal vez exagere con eso de "psicópata". Era mas bien un tipo que cargaba una neurosis que le impedía reconocer que no todo se arregla. Que hay cosas que se quedan descompuestas para siempre. Pero siguen siendo triste o patéticamente funcionales... para algunos.

El tercer personaje de mi ocurrente y siempre imaginaria trilogía, era (como no) femenino. Ella, de verdad quería al de la palita y en serio que estimaba al optimista. Pero no estaba totalmente de acuerdo con ninguno de los dos.

Las mil tonalidades de grises, que descubrió entre el negro y el blanco. Habían logrado que imaginara mas posibilidades que los siempres y los nunca jamás.

lunes, 19 de abril de 2010

Colores

Tengo abierta la ventana de la sala. El aire, sin ser fresco del todo, no llega a sentirse tibio. Es una tarde linda. Pero con la luz intensa que entra del exterior,  la pecera se ver descuidada. Han muerto tres peces. No los culpo. Nadie los alimentó durante dos semanas en las que estuve ausente. Se canibalearon. Murieron los 3 mas pequeños en aras de la supervivencia de los dos grandes que quedan. No me animo a dejarlos morir, con todo y que jamás ha sido mi intención tener la responsabilidad de una pecera que no me pertenece. Sigo sin entender muchas cosas. Pero hoy que me despertaron los cantares de pájaros que anidan en el eucalipto del patio trasero. Supe que las vida es así. Simple.
Ya viene el calor. Desde que hemos vuelto a la tierra de los temblores, estamos durmiendo con las ventanas abiertas. Son días gloriosos de buen clima. Tibios y luminosos.
Apenas hoy se reiniciaron las clases a nivel primaria y secundaria. Los temblores han dejado en estado lamentable las edificaciones mas altas, las mas viejas y las mal construidas ó, a medio contruir.
Escribir lleva tiempo. Si intento plasmar todo lo que cruza por mi mente, pierdo el sentido de las cosas. Escribir es como vivir en un mundo aparte, pero al mismo tiempo inmerso en la realidad cotidiana. Cada que leo un escrito extenso, de esos que se, consumen horas de vida frente a la máquina, me digo que no lo estoy haciendo bien. No estoy practicando el oficio de escritor. Entonces, en realidad es que no soy escritora, ni cronista de la vida real y cotidiana de una doña nadie. Escribir es un placer. Un privilegio que no todos entienden como tal. Cuando escribo dejándome llevar, soy feliz. Pero tengo otra felicidades mas tangibles. Ciertamente no del todo satisfactorias, pero se pueden acomodar a esa felicidad mediocre que me da el ser una mujer ordinaria.
He descubierto recientemente que no toda persona inteligente me gusta. Hay quienes resuman soberbia desde su colosal IQ, pero con todo y eso son divertidos, aceptables. Incluso tolerables. Otros no. Igual pasa con la gente simple. Unos son divertidos y buenos. Honestos con sus limitaciones y son grandes seres humanos sin títulos en las paredes de su entorno. He descubierto también, seres inteligentes, que pasan encubiertos de gente simple. La mascarada resultante es hasta grotesca. No se puede ser auténtico si no se reconoce de tal o cual forma y va por la vida queriendo pasar por gris, cuando, con conocimiento de causa, se es morado.
¡Pobres morados disfrazados de gris!
Pero, ¿Quién soy yo para juzgar nada?
Cuando pequeña. Antes, mucho antes del "MÉTODO GLOBAL DE ANÁLISIS ESTRUCTURAL", leí, entre muchos otros,  un cuento que venía en mi libro de LENGUA NACIONAL. Se trataba de borreguitos tiernos y un lobo hambriento que quiso pasarse de listo. Comer rico y bueno. Pero se quedó con las ganas.
El lobo, disfrazado de cordero, quiso engañar con su falsa apariencia a los borregos. Pero no contaba con la astucia de uno de ellos. Cuando le pidió que introdujera su pata por un orificio de la puerta, descubrió las enormes garras de la bestia. No le abrieron la puerta. El instinto, leal compañero de los seres en desventaja, los salvó.
Siempre fui instintiva. No siempre le he hecho caso a mis instintos. Prueba de ello, es haberme involucrado (si me vale la expresión) con un morado, disfrazado de gris. Con un café, disfrazado de morado, y con un patético gris, disfrazado de azul.
Lo cual, solo me deja dudando... ¿de qué color seré yo?


miércoles, 14 de abril de 2010

Ay, niño, muchacho, hombre

¡Y qué será de ti, ahora que lo has descubierto casi todo?
No vuelvas los ojos atrás, si no es para seguir caminando.
Deja ir lo que no podrás cambiar, por mucho que lo intentes.
Me preocupas. Quiero abrazarte. Que seas feliz.
Niño triste, ¡te quiero!.

sábado, 10 de abril de 2010

El Ecstasy


Uno de los grandes cruceros que tocan el puerto cada fin de semana, se iba. Desde la playa, el pequeño que antes solo había visitado el mar en su imaginación, lo veía partir.

-¿Por qué se va, mamá?
-Debe seguir su camino
-¿A dónde?

Las circunstancias daban para mucho, si de reflexiones filosóficas se trataba. Pero respondió lacónica: "a su casa".



viernes, 9 de abril de 2010

Pasos inciertos



A veces, ciertas cosas dejan de tener importancia. Sobre todo si te encuentras ante circunstancias adversas y fuera de tu control. La inminencia de cosas que sabemos, sobrepasan las fuerzas y las buenas intenciones de los seres humanos, terminan por ubicarnos en nuestra justa medida. Mas parecidos a granos de arena, que a los mimados de la creación, por así decirlo.

El miedo se agazapa. Pero está ahí. Omnipresente ante las circunstancias. No quiero regresar a Mexicali. Pero tengo que hacerlo tarde o temprano. Finalmente, lo que ha de ser, será.

Hace un par de años. Cuando un enjambre de temblores nos tenía tomados del cogote, tuve una experiencia que no olvido. Con todo y que aquel temblor no fue tan fuerte como el de este domingo de pascua. Cruzaba la explanada cívica del plantel, junto con una compañera. La plaza estaba hecha de concreto vaciado sobre redes metálicas y varilla de acero. Dio inicio el temblor justo cuando estábamos a medio camino entre la dirección y las aulas. El concreto pareció tomar la consistencia de gelatina. Veíamos olas de cemento. Por la dureza y consistencia del piso sabíamos de la imposibilidad de que eso estuviera sucediendo. Pero sucedía. Justo bajo nuestros pies, el concreto hacía olas y nos impedía seguir avanzando. Los niños y las maestras procedieron, en cuanto fue posible, con la evacuación ordenada de las aulas.
Cuando está temblando fuerte, dificilmente puedes sostenerte de pie o caminar.

De hoy en mas, evocaré eso, cuando esté temblando. Imaginaré que trato de avanzar sobre gelatina de colores variados e intensos y que las cosas mejorarán tarde o temprano.



lunes, 5 de abril de 2010

Abril 4

No hubo noticias, no hubo conocimiento de nada de lo que estaba pasando durante las 2 siguientes horas al terremoto. Mexicali estaba incomunicada.
 Fueron el turismo y los aficionados quienes dieron parte y las primeras imágenes de los acontecimientos.

TERREMOTO DE 7.2 GRADOS ESCALA DE RICHTER, EN MEXICALI BAJA CALIFORNIA

No existe, por desgracia, un protocolo de lo que hacer en caso de un terremoto.


No estoy en la ciudad. No estaba cuando ocurrió el terremoto. Me alegro por una parte. Me siento preocupada por otra. Mi familia está bien. Las pérdidas hasta el momento han sido solo materiales. Pero es la ciudad donde nací. Donde vivo y donde vive la gran mayoría de mi familia.

La Tierra se está quejando. Se defiende. Se está resquebrajando. Y nosotros, como hormigas, como insectos trepados en una brizna.

jueves, 1 de abril de 2010

La mortífera


Esa placa llena de clavos y con un cordón amarrado. Es una trampa. Del otro lado del cordón. hay un soldado atrincherado. En cada revisión vehicular que hay en las carreteras de mi estado, encuentras una o dos de esas. Supongo que si algún vehículo se da a la fuga. El soldado atrincherado tira del cordón.
No lo he visto en acción. Solo lo supongo.
Tampoco se si de resultado. Me parece que los clavos están demasiado juntos. Pero ¿quién sabe?
Cosas mas elementales que esta han funcionado para la humanidad belicosa.
De todos modos lo confieso.
Siempre que veo "la mortífera" me provoca un poco de risa.