martes, 31 de agosto de 2010

El visitante


Llegaba de pronto, sin ser invitado, con voz cavernosa, susurra a su oído. "Destrúyelos". Se Dios por un instante. ¿A qué esperar?. El tiempo pasa demasiado lento. Tú puedes hacerlo. Se juez y verdugo. Es lo justo.

lunes, 30 de agosto de 2010

Un mezcal gusano rojo, dos mezcales... ¡espejos!

Mucha risa, ¿no?

Y la lluvia comenzó a caer despacito, como tanteando el asunto. Luego el torrencial aguacero, el local atestado en la planta baja. Los toldos de la terraza a punto de venirse abajo por el agua y córrele al segundo piso del restaurante. Era la cava, habilitada como (imagino) para esos casos de emergencias, en el que los comensales no caben mas en la planta baja. Era el caso. Rezagada por una de esas necesidades fisiológicas tan humanas y gatunas y caninas, llegué poco después que mis amigas. Me fastidió un poco que se hubieran ido a meter hasta el fondo del angosto local. Había una mesa ubicada hacia el centro, ocupada por señores, un mesero del lado izquierdo de estos tomando la orden y obstruyendo el paso, otra mesa del lado derecho, ocupada por un par de mujeres, que tampoco dejaban vía libre y al fondo, pero hasta el mero fondo, mis amigas.

Condenadas ocurrentes. Me dije. Regresé sobre mis pasos para ver si en el bar de al lado, había por ventura una puerta al fondo que me permitiera pasar hasta donde estaban Primavera y Flora. Mis ínclitas amigas incitadoras al vicio y al sibaritismo trasnochado. Nada. Nada de puerta. Así que levantando el mentón, me dirigí donde el mesero tomaba la orden de los susodichos señores de la mesa central. Ni siquiera volví el rostro para saludarles o hacerles el honor de dirigir una mirada de empatía. Esperé que se quitara el mesero de mi camino  y seguí de largo por el lado izquierdo de la mesa, hasta percatarme de que una mujer, igualita a mi, con una blusa azul idéntica a la mía me miraba con ojos sorprendidos desde el espejo que había al fondo del tonto local.

No señor, no era que mis amigas se hubiesen ido hasta atrás, era que su reflejo me engañó. Era que las dos señoras, mujeres, individuas de la mesa del lado derecho, eran en realidad ellas. Lo que vi al fondo era solo su reflejo. Lo que escuché a continuación fueron las carcajadas mas estridentes que la tormenta desatada afuera. ¡Mal educadas amigas que se gasta una!

Doy fe de que fue eso y solo eso, lo que me dio valor para comer gusanos de maguey. Esos gusanos con cabecita negra que descansaban sobre el plato de Primavera. De no tener atravesados entre pecho y espalda, sus carcajadas burlescas hasta las lágrimas y los mezcales. Nunca me habría atrevido a probarlos.

¡Manjar de reyes! Delicatessen. Suaves al centro y delicadamente crujientes en el exterior.
Delicia del paladar de los antepasados mexicas.
No hagas ascos. Es mas, pruébalos con los ojos cerrados si eres de estómago delicado, como nuestra Flora.

JAMAS CHOQUÉ CON EL ESPEJO. Eso es solo un mitote que se inventaron aquellas entre lágrimas y risas histéricas. Alcancé a verme dos pasos antes. CONSTE EN ACTAS.

Vive Dios que Flora y Primavera intentarán desacreditar el hecho, pero la información la tengo de primera mano. Ellas solo fueron asombrados testigos presenciales.

Sucedió en Coyoacán, ciudad de México, el 29 de julio de 2010... por la tarde.


viernes, 13 de agosto de 2010

"ANDÁBANOS JUNTANDO RÁBANOS"

Los dislates  vendrán sin ton ni son. No hay concierto en la locura, ni cordura en el dolor.
B.B.K. (que me lo acabo de sacar de la manga)

Coyoacán. ¡Ahhhh! ¡qué rico!

Saliendo de nuestras habitaciones en punto de las... no se qué horas. Gerardo, joven y simpático chofer del automovil de lujo para ejecutivos, esperaba por nosotras frente al hotel. Ya sabes, unos uniformados muy monos abrieron las puertas y cual princesitas de cuento de hadas, subimos con gracia sin igual y modales de altura. Flora, Fauna y Primavera. Íbamos rumbo a Coyoacán. Al museo de Frida Kahlo y Diego Rivera. La casa azul.

¡Qué emoción! ¡UN MUSEO AL FIN!
Mujer atormentada esa Frida, atormentada, egocentrista y genial. No tan fea. Mas bien interesante desde el punto de vista humano. Entregada y apasionada. Enfermiza, perdidamente enamorada y codependiente de un megalómano monumental. Todas apreciaciones personales. No leídas. Apoyando mi poco objetivo punto de vista en lo que vi. No en lo que leí. Casa viva. Con el toque familiar de una singular pareja de artistas en cada rincón. ¡Ay Frida! quién tuviera tu valor y entereza para aguantar la vida al lado del hombre-sapo mas infiel de la región (salió en verso y sin esfuerzo).

Visitar una casa-museo es ir, de alguna manera, llevados de la mano del morbo. ¿Cómo vivieron, qué comían, dónde durmieron? La habitación donde por cierto durmiera Trotsky durante su exilio en México, fue la única con un cierto magnetismo ultratúmbico. Lo demás era solo el cascarón de lo que fuera un hogar convertido ahora en museo. Silla de ruedas, cama con espejo. Pinturas en frasquitos de perfume. Cocina de barro, calderos, fogones, luz, animales disecados. Fotos del pintor haciendo espantosos gestos que quisieron ser graciosos.

Era tarde, una vez mas, el chofer esperaba por nosotras. Tuvimos que salir. Eso de tener chofer a la puerta se puede convertir en vicio. Luego de la visita, el café, cafecito rico y aromático. Caliente, bebido sentadas en la banca de una plaza. Una de tantas y tantas plazas de ese México nuestro. Tradicional y colorido.
Vimos pasar gente. Mucha. Variopinta. Niños, adultos, jóvenes, perros, saltimbanquis, mendigos y vendedores. Amenazaba con llover en cualquier momento. Nos dirigimos a Los Danzantes. Un restaurante oaxaqueño ubicado en el antiguo corazón de Coyoacán. ¿La especialidad de la casa? EL MEZCAL.
¿La recomendación del chef? La semana de los bichos. Bichos a la carta. Chapulines, jumiles, gusanos y escamoles al gusto.
Primavera insistía. Insistía tanto en probarlo todo, que solicitó mezcales para cada una. Y ¿cómo no? la carta de los bichos. Debíamos soltar prejuicios y asquete para probar aquel manjar de reyes... bichos.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Y así...





Creí que jamás llegaría el hipotético, mítico, extraordinario y dudoso día en el que las cosas cambiarían de color.  Cuando se suponía que iban a desaparecer las sensaciones quemantes y sórdidas que corrompieron mi vida, sueños, realidades y ganas de escribir... entre otras.

Las cosas y el tiempo, finalmente pasan. Y creo, supongo, sospecho, que mi tiempo ha llegado. No fue fácil. Entre los muchos adornos por el estilo que poseo, se destacan un orgullo y una soberbia monumentales. Mi ego es mas grande que mi cuerpo. Así, de ese pelo las cosas. Salir del berenjenal no es/era/fue fácil.

Hoy puedo afirmar que como dijo el extinto Arturo de Córdova, "no tiene la menor importancia". Subrayo el "ahora", porque lo que era antes ¡úchale! "naranjas agrias". Sin embargo dicen, cuentan y rumoran, que todo río desbordado toma su cauce de nuevo en algún momento.
Así que si un río puede. ¿Cómo no iba a tomar su cauce mi charquito?

Pasé algunos meses tamizando.
De pronto maldiciendo. Repentinamente sosegada, ora filosófica, ora racional y ecuánime, pero, al final de cada día, o al principio, bañada en llanto. Motivo por el cual, seguramente desbordé alguna que otra pileta con mis lágrimas. Agua salada que dicen, juran y perjuran, sirve para curar un alma herida.

Bien.
Declaro, que esta tipa de Baja California, descendiente de japoneses y yaquis (dije YAQUIS, no "yankees"). Aunque tuvo las pilas bajas y casi muertas por un tiempo. Vuelve al ataque.
Y como lo primero es lo primero, vaya mi agradecimiento a las personas que ayudaron a reincorporarme a la vida activa, productiva, gratificante y luminosa.

CON MI GRATITUD ETERNA A:

Sir William. Nuestro mecenas ("medesayunas", "mecomes" y de pilón "mehospedas") en el recientemente inaugurado Crown Plaza de Querétaro y en el monumental Camino Real de Polanco, en el DF. Jamás pensé recibir semejante obsequio de alguien que no me conocía mas que por referencias de mi bendita Naná. La dueña de su corazón de oro.

Tatioshka. ¿Qué puedo decirte que no sepas ya? ¡TE PASASTE! Podrás ser todo lo atea que quieras. PERO ERES UN ANGELOTE. Angel gourmet, por cierto. Mi descreída amiga. Reafirmaste en mi, la existencia de Dios. Saber que en alguna parte del universo existen seres humanos como tú y tu familia, le devuelven o le regalan la FE al mas pintado, recalcitrante y renegado corazón dolido.

Tita. La mas salvaje doncella (...bueno, tanto como "doncella"). Dejémoslo mejor en salvaje y dulce ser humano que mediante la risa, provocaba sanadoras carcajadas a un alma herida. Los apapachos que recibí de ustedes, los días y noches compartidas bajo la lluvia pertinaz (guarecidas en habitaciones de lujo). Han quedado incrustados entre los recuerdos mas entrañables de mi vida.

A LAS FAMILIAS.
La mía, que me acompañó, abrazó y conociéndome, respetó en silencio mi llanto durante el luto. Sobre todo a mis hijos, LOS AMO CON TODA EL ALMA.
La familia de Naná, que nos recibió en su casa como uno mas de los suyos.
La familia de Tita, que sacrificó tiempo de sus vidas para ayudarla a brindarme ayuda.
A la familia de "la cosa nostra", por darme inspiración para quitarme de encima y "liquidar" algunas cosas que me estaban asfixiando... ya les contaré.

Amigos y ciber amigos por estar, por preocuparse y por llamar o tener alguna letra luminosa para mi.