miércoles, 29 de enero de 2014

Los dados


Están en el aire.

Un mes para el siguiente movimiento ¿será mucho tiempo?

¡Que tontería!... pero bueno... ¡ya que!

lunes, 27 de enero de 2014

Aires de libertad

Lo leí en Internet. En noticias de hace mas de un año.
(En una aldea cercana a Timbuctú)
“La gente ya respira un ambiente de libertad, sin preocupaciones. Los jóvenes salieron ayer a la puerta y pudieron fumar. Dos días atrás los hubieran linchado por eso”. 

Y si esto no me pone a pensar... ¡ya sabes! "mal de muchos, consuelo de tontos."
Será que la libertad, o el concepto de esta, varía con el tiempo, la edad, las circunstancias y/o lo que sea.

"Libertad no me eres nueva 
Y recuerdo a duras penas 
Que eras mi mayor problema 
Mis comidas y mi cena. 
Libertad, mi sola amiga. 
Cuando era un inocente.
Y creía que la gente 
era toda amiga mía..."
MI LIBERTAD M. Bose

Y mira que lo dice, lo piensa y lo escribe una nujer que ya ha pasado de los 30 hace un buen tiempo. Pero mi concepto personal de libertad sigue variando.
He conducido sin permiso de circulación, sin licencia, sin llanta de refacción y con el radiador fracturado muchas millas. He cruzado entre ciudades y de un pueblo a otro en esas circunstancias. También ha enfrentado a las autoridades cuando considero que existe una injusticia. Incluso alguna vez discutí con un soldado que estaba de guardia inquisidor armado en una carretera algo solitaria (aunque no supe en ese entonces que el tipo y  los que nos rodeaban eran miembros del ejército). Déjame decir en mi descargo que no llevaban el tradicional uniforme verde, sino uno de camuflaje blanco con manchas café claro y no llevaban casco. De cualquier forma, me negué a abrir la ventana por completo. A pesar del rifle que llevaba cruzado sobre su pecho y que tomaba con ambas manos. Le mostré francamente mi molestia e irritación por ser detenida en medio de la nada y cuando me discutió que solo cumplía con su deber, le respondí algo así como : "pues detengan a los malos y no a madres de familia inofensivas". 
Alguien me dijo que corrí con suerte, porque: "esos primero disparan y después averiguan". 
Claro que hoy día no cometo semejantes salvajadas. Se ve tanta cosa en los noticieros, que mas vale prevenir que lamentar. 
Ya hace tiempo (muchos años) que no fumo. Aunque esa sea una expresión de libertad en Timbuctú, y alguna vez fuera grito de rebeldía adolescente, hoy es algo desagradable. El humo se impregna no solo en la persona fumadora, su aliento y su ropa; sino en quienes le rodean. 
Mi libertad de ahora consiste en hacer mayormente lo que me place. Cumpliendo con mis deberes civiles, económicos y sociales. Mi libertad, como me dijo uno de mis maestros de filosofía, llega hasta donde comienza la de los demás... eso quiero creer.







viernes, 10 de enero de 2014

Los bemoles de una insumisa

Pues sí. Volví. Sigo viva (eso creo) y contenta (de eso estoy segura). Acabo de darme una vuelta por las redes sociales. La verdad me causan algo de hastío. Salvo por alguna cosa nimia que llama mi atención, todo es pan con lo mismo. La verdad, prefiero mi viejo blog. Que aunque pasado de moda (con eso de que las modas pasan a una velocidad vertiginosa) sigue siendo lo mío. 
Conocí a alguien que llamó mi atención. Curiosamente lo encontré en la comunidad donde vivo. Es de hecho mi vecino a un par de cuadras. Posee brazos lindos, que sin ser los mas musculosos, tienen esa forma estilizada del músculo forjado a base de trabajo físico y no de gimnasios. No tiene panza prominente. Adivinaba que hasta vientre plano debajo de las camisetas que suele vestir. No es precisamente alto, mide apenas 1.75. Pero es suficiente para no parecer umpa lumpa. Tampoco es joven... ni viejo. Tiene la edad justa. Sonríe a menudo. Es bilingüe. Vivió en USA la mayor parte de su vuda. Es simpático, conversador, le gusta viajar, es soltero, solvente. Le gustan los perros. En fin, lo que no pensé que sucedería nunca mas en mi vida, estaba sucediendo. ¡Mariposas en el estómago! (y eso que tiene bigote y a mi no me gustan los hombres con bigote)
Cuando voy al negocio que administra y termino la compra, suele acompañarme fuera de la oficina y me encamina hasta mi vehículo, alarga las conversaciones lo mas que puede. Creo que también le simpatizo. 
PERO
Ayer desaparecieron las mariposas. 
Lo encontré justamente en las redes sociales. Vi sus fotos. Incluyendo una en la playa, donde aparece desnudo del torso. Efectivamente, no tiene panza. Tiene buenos pectorales y como dije, lindos brazos. La cuestión es que también tiene UN ENORME Y ESPANTOSO TATUAJE en el vientre.
"Es un cholo viejo"... me dije. Y ahí murieron las mariposas. En una de nuestras conversaciones, me confesó que de joven anduvo descarriadón y era el dolor de cabeza de la familia. Pero bueno, todos tenemos un pasado ¿qué no? Sin embargo, la vista de ese enorme recordatorio en su vientre envenenó los frágiles insectos de alas multicolores que habían comenzado a multiplicarse. 
Nunca me resultaron atractivos los cholos. De niña les tenía miedo. Tampoco me gustan los tatuajes. Y a estas alturas del partido, dudo mucho que alguna vez lleguen a gustarme.
Lo que me dejó contenta, es el hecho de haber sentido ese cosquilleo que pensé jamás se repetiría. Hoy se que él no es el indicado para mi. Pero también me quedó claro que SIGO VIVA.

"Algún día, mi gato comerá sandía" (dicho popular)