martes, 7 de agosto de 2012

Un 3 de Marzo del 2006


Estuve de maleducada. Pero no hay (a veces) otra manera de reaccionar para detener a ciertas personas (llámese mi padre). De todos modos fue gracioso, ambos nos divertimos de un modo muy poco civilizado. Supongo que es nuestra muy personal interacción. Una estrafalaria manera de comunicar amor.
Como cada viernes saliendo del trabajo, enfilé hacia la casa de mi madre. Es que los viernes es día de madre; mi día de cuidarla unas horas en tanto llega mi hermana, que vive con ella. Terminar una semana laboral pesada de esa manera no es mi idea de descansar. Pero bueno... esa es otra historia... estaba en el patio mi pa y eso me puso en guardia de inmediato. Hacía mas de un mes que no coincidía con él, y la verdad no lo extrañaba. En este punto recuerdo a un amigo que acaba de perder a su propio padre y la relación entrañable que imagino llevaban. No me siento culpable por la incapacidad de sentir felicidad al verlos (a mi padre y a mi madre juntos) solo me pongo, como dije, en guardia; recién llevé a mi mamá con el doctor esta semana y digamos que evité cuidadosamente solapar las cosas que hace y no debería hacer. Así que la "descubrí" con la médico internista, comentando todo lo que me tenía reservado para salir de dudas.
Por tanto, imaginé que habría guerra en casa. Estaban tomando el fresco junto con una de mis hermanas en el sillón columpio que hay en el porche. Me acerqué con el cuerpo en tensión a besarlos (saludo social forzado) lo lamento, pero eso es. Un saludo social forzado por las circunstancias. Si no lo hago, inmediatamente comienzan las pullas de mi padre y quise evitar una conflagración gratuita con él, saludándolo de beso.
No quise socializar mas de lo que mi humor permitía, así que luego del saludo les dije que me quedaría dentro, en la sala, disculpándome con todos porque estaba cansada. De inmediato la pregunta de por qué el cansancio, a lo cual acremente respondí que se debía a que casualmente me levanto cada día a las 6 de la mañana y trabajo de 9 a 10 horas seguidas 5 días a la semana, y que los viernes, cuando se supone salgo a descansar, debo ir a casa de mi madre. Sin dar lugar a mas preguntas entré a la casa, en tanto ellos charlaban y departían. Lo cual, en el lenguaje familiar significa: "dejar hablar a mi padre porque nadie debe osar interrumpirle."
Casi de inmediato fueron adentro y de nuevo mi padre comenzó con las preguntas. El típico gancho; "oye, qué tanto sabes de Pancho Villa y la batalla del cerro de la Bufa" (cuando no me aborda diciendo "tú DEBES saberlo, dime") quizá a quienes lean esto les parece normal, una pregunta normal. Pero la vengo oyendo desde que tengo uso de razón y es siempre con la finalidad de poner a prueba mis conocimientos. No siempre está el horno para bollos y ese viernes precisamente, no lo estaba.-No se nada, nada de nada, me duele la cabeza y estoy cansada, no tengo humor de responder preguntas de historia, le dije secamente.
Al rato insistió con otra cosa y refuté sin poder evitarlo. Cambiaron de tema, siguieron las críticas a no se que actores y de pronto dice muy ufano mi padre, que "a los productores de películas les perdona todo, menos que se hayan metido con los de su gremio" (según él, su gremio son los vaqueros -cow boys-) que "de la sarta de jotos que hay", no debieron hacer la película del "Secreto en la montaña" (mi padre es homofóbico, tanto como mi madre racista).
¡Por favor! le dije, ¿de dónde eres tú cow boy? (nunca en su vida ha hecho trabajos físicos, mucho menos lazar ganado) él es artista, jamás, desde que tengo uso de razón, ha trabajado en algo que implique fuerza física. Salvo vestirse como ellos: sombreros Stetson,  mezclilla, camisas y botas vaqueras, etc.
Comenzó la discusión y sus gritos exigiendo que me callara, que escuchara, que soy una maleducada porque no lo dejo hablar. A lo cual repliqué que ya tenía una hora hablando sin parar y el que nunca ha sabido escuchar es él... ¡oh cielos!... LOGRÓ SUS PROPÓSITO, me hizo caer en su juego una vez mas y terminamos discutiendo, midiendo fuerzas como siempre. Me acusó de querer ver la película de los "jotos", hizo remembranzas del cine de antes, "de los hombres de verdad", de lo podrido que está el mundo... y finalmente ambos reímos a carcajadas... sin convencernos el uno al otro de los argumentos del contrario... en el inter, criticó a mi mamá, a las personas con gustos distintos y a lo que se le vino en gana. Sospecho que el viejo se siente fuerte cuando me provoca y logra finalmente que le replique en lugar de solo consecuentarlo. Siento a veces que no le gusto pacifista. Llevarle la contraria es quizá una variación de lo que los padres e hijos mas "normales" entienden como manera de relacionarse o... mostrar amor.
Luego, manejando de regreso a casa, me iba riendo con ganas, fui su sparring verbal muchos años. Pero me dejó bien entrenada para la guerra y las batallas,  me hizo fuerte, independiente y medio altanera. Solo que no me enseñó a demostrar amor... o tal vez si.. pero es una manera muy extraña... ¿verdad?

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