miércoles, 15 de febrero de 2012

"Castigado"


Advertido estaba. Pero hizo caso omiso por quinta vez. Abanicó sus abundantes pestañas, hizo el gesto que hace el gato con botas en Shrek y esperó a que solo lo dejara sin recreo una vez mas.  "Ser demasiado indulgente con los incumplidos, es INJUSTO para los que sí cumplen con sus tareas". Así que fue a dar a la dirección solicitando por su delito, la pena máxima en la escuela; UN REPORTE. 
Era viernes, el Supervisor de zona estaba de visita con el director. Fue reprendido doblemente. Regresó al salón un pelín serio. Con cara de circunstancias, un poco compungido, pero nada mas un poco, porque el lunes siguiente tampoco llevó la tarea a clase.

Ese fin de semana, la maestra lo pensó mucho. ¿Para qué llevar las cosas a esos extremos? Solo estaba de paso en ese lugar. Una maestra interina rara vez se toma las cosas tan en serio. Después de todo, en cualquier momento le podían avisar que el contrato había concluido. Se suponía, de hecho, que el 31 de enero se había terminado el período, pero como no llegaba el maestro de base, le solicitaron que continuara hasta nuevo aviso. 

Le notificó su cambio de actitud al grupo. Con todo y que le gustaba cumplir con el trabajo para el que fue contratada, como si fuera maestra titular y no temporal. Aquel que quisiera hacer la tarea y trabajar en clase, podía hacerlo, y aquellos que no deseaban tomarse la molestia, no recibirían ni regaño ni castigo. Era su responsabilidad que aprendieran, pero no podía obligarlos a hacer algo que no desearan hacer. Y dado que estaba solo de paso en esa escuela, tampoco quería enemistarlos con la dirección del plantel, así que quedaban en libertad de elegir.

Ese día, la clase transcurrió como de costumbre, salvo por un detalle. Eliseo no recibió reprimenda alguna por su falta de responsabilidad con las tareas. Pero de ninguna manera se le permitió presentar a revisión los trabajos que hizo ese día. Tampoco se le tomó en cuenta cuando levantaba la mano para participar en los temas de su interés. Era libre de obrar como deseara, pero la maestra dejó claro que ella  también era libre de calificar o revisar los trabajos de los alumnos que tomaran su educación con responsabilidad y compromiso. 
A la mañana siguiente, el muchacho fue el primero en presentar sus tareas a revisión y de participar activamente. Muy contento de ser tomado en cuenta cuando opinaba.

2 comentarios:

Soros dijo...

Parece que no olvidamos la profesión, ¿eh?
Y qué malona la maestra, y eso que era interina.
Saludos.

Insumisa dijo...

¿Malona? Puede ser. Aunque no tanto como yo. En mis tiempos al frente de un grupo de 6to (como es el caso) dudo que habría reconsiderado quitar un reporte al muchacho incumplido y tantas veces advertido. Ser interina es lo que quita el sentimiento de responsabilidad totalitaria y te deja con la sensación de no tomarlo como si fuese tuyo, porque no lo es. No por el ciclo escolar completo.