domingo, 13 de noviembre de 2011

Las granadas


Le pidió a la pintora un cuadro con granadas. Quería granadas rojas, como las que había visto en el lienzo colocado en el sitio de honor de un restaurante. En cambio, la joven artista pintó granadas de un color extraño. Piel de granadas inusual. Tal vez fue un error pagar por adelantado. Por ello tardó tanto en la entrega. Cuando lo comenzó, en casa habitaban cuatro miembros de la familia.  A la entrega del trabajo, la familia se había reducido a tres.
Obtuvo algo distinto de lo que había imaginado. Un cuadro grande con el esbozo de un rostro humano, granadas rosadas y una explicación. El rostro cuya ceja izquierda ramificaba en hojas y frutos, era el de la mujer. Representaba el conjunto (dijo la pintora) a su familia. Familia de cuatro saludables granadas. "Pudre una de esas granadas" solicitó en un tono que quiso ser bromista, pero en el fondo, contenía algunas gotas de dolor. La pintora desatendió la petición. Lo único que hizo, aparte de los frutos de color extraño, fue partir y desmenuzar una de las granadas. Así quedó el cuadro central. No hubo lugar para la podredumbre.

3 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

Toda una alegoría el cuadro.

y ese rostro es el tuyo, no?

ahora ya encontré el sitio donde suscribirse a tu blog, por fín me enteraré cuando publicasssssssss!

:-)

Insumisa dijo...

Sí.
Sí.
Y que bueno que encontraste ese sitio, que yo no daba pie con bola para colocar ese 'donde suscribirse' que mencionas.

Saludos y apapachos.

Paz Zeltia dijo...

:-( parece que solo me he suscrito a los "comentarios"...

en el panel de administración, tiene que haber un widget, algo que ponga RSS o algo así para colocarlo en la barra lateral del blog. Pero si te da trabajo no te preocupes, de vez en cuando yo me paso por aquí.

Un abrazo grande, estos días estoy algo delicadilla de salud y eso me pone muy sensible.