miércoles, 24 de agosto de 2011

Paréntesis


De esos pocos días en que parecía la vida perfecta. Todo estaba donde y como debía estar. La felicidad se nota. Así que aquellos ojos siguieron buscando la mirada con insistencia. No se repitió. Por supuesto que  el interés del hombre fue notorio. Una mujer sabe. ¿No dicen que los ojos son el espejo del alma? Pero después de cruzar su mirada y una secreta sonrisa con él unos segundos. No volvió la mirada ni una sola vez. Siguió caminando erguida, con pretendida indiferencia. Sabía que aquellos ojos la seguían viendo con interés. Era bien parecido, un señor distinguido que rondaba los 60 años. Le resultó agradable. Todo a golpe de una sola mirada.  Una media sonrisa, mirada intensa que se cruzó con la del hombre por breves segundos. Pero no estaba lista, se dijo. Todavía no. 
Lo rescatable fue sentirse mas viva, mas atractiva, mas segura... mas mujer.

Oye! -exclamó la rubia que caminaba a su lado- ese señor no te quitaba la vista de encima ¿te diste cuenta? 
- No -mintió- ¿de qué señor hablas?
- El que está sentado en la terraza del restaurante donde cenamos anoche ¡buscaba tu mirada!¿no te diste cuenta?
- No -volvió a mentir- y una leve sonrisa se dibujó en su rostro.
- Pero si hasta se volvió en la silla ¡le gustaste! era un señor canoso, guapetón, bien vestido que te miraba con insistencia, buscaba tus ojos ¿en serio no lo notaste? 

Quitarle en el entusiasmo a la amiga fue mas fácil que olvidar esa mirada. Hacía mucho, pero mucho tiempo que no se detenía a ver el paisaje humano masculino. Las heridas en el alma es lo que dejan. Cicatrices que nublan la vista... y una llega a pensar que es para siempre. 

Pátzcuaro es un pueblo mágico... es verdad.

2 comentarios:

Lan dijo...

Bueno, Piel de Letras, veo por tus entradas anteriores que viajaste mucho. Que haya sido para bien.
Y casi me resulta extraño que hayas escrito que la mirada de un hombre hacía a la protagonista de tu entrada "más viva, más atractiva, más segura... más mujer".
Supongo que era un recurso literario que le venía bien a la historia. Porque esa dependencia del elemento masculino me extraña en ti.
Saluditos, Piel de Letras.

Insumisa dijo...

Lan, supones bien. Ha sido una especie de recurso literario. PERO nada de dependencias del elemento masculino... como no sea para "musos".
La protagonista de esta pequeña historia vio alguna vez "Memoirs of a Geisha" y asumió/reconoció que ella tenía o podía tener ese poder de atrapar con una brevísima mirada, la mirada de un hombre...