miércoles, 3 de agosto de 2011

La Perla Tapatía

El lugar para dar inicio "formal" al tour fue la ciudad de Guadalajara, en el estado de Jalisco. Llegamos el sábado por la mañana. Trasnochados, cansados y con la ropa de dos días puesta; 45 almas en total. El hotel donde nos instalamos, si bien sirvió para lo necesario, dejaba mucho que desear. El barrio mas. Recordé el último sitio donde me había hospedado. Las habitaciones del Camino Real en el D.F. y del Crown Plaza en Querétaro. De muchas estrellitas los dos. Las atenciones de mi amiga Naná y su amado Sir William en ambos lugares. Restaurantes gourmet, comidas selectas, vinos deliciosos, aromático café y vistas maravillosas.
Esto era ligeramente distinto ¿querías folklore, Piel de letras?
Sí, definitivo. Pero del "folklore bonito". De ese colorido nativo, original, con barro, palma, paja, mariposas y flores. El sueño aquel de viajar por tierra, "rancheando", llegando a cada lugar que llamara mi atención. Conociendo sitios, pueblos, gentes, costumbres, sabores, aromas, texturas ¡cosas así!
Los destinos turísticos famosos como Guadalajara, lo que tienen es... mas mugre de la que esperabas encontrar, graffitis, basura, vandalismo y una "fayuca" impresionante. No estoy siendo malinchista, que conste. Cuando estuve en París (hace algunos ayeres), lo primero que se me ofreció a la vista fueron: la basura, los graffitis y un borrachín tirado a la sombra de un árbol en plena vía pública.

Pero yo esperaba mas de La Perla Tapatía... algo que no encontré a golpe de vista.

Mis entusiastas amigas y compañeras de habitación, determinaron que saliéramos a comer así como íbamos vestidas. En cuanto arrojamos las maletas al cuarto del hotel, salimos para ganar el elevador, porque solo había dos diminutos elevadores y el hotel(ucho) estaba atestado. Cruzando la calle frente al hotel estaba la "plaza del mariachi" y al lado derecho de este, el Mercado de San Juan de Dios. Hacia ese lugar nos dirigimos.

Para mi sorpresa, ahí fue donde decidieron comer mis amigas. En la segunda planta de un mercado atestado de gente. No se veía muy higiénico, tampoco hacía buen clima. Y definitivamente, de no haber perdido 3 a 1, ni en sueños habría sido mi primera elección.


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