jueves, 11 de noviembre de 2010

Verwandlung


Gregorio Samsa, según la imaginación de Kafka, amaneció un buen día, convertido en cucaracha. Bueno, algo parecido a una cucharachota gigante.

¿Será que esas mutaciones de semejante naturaleza son mas frecuentes de lo que se pensaba?

Es sabido de mujeres que se convierten en víboras. Hombres que se convierten en monstruos y/o animales. Y hasta se dice que hay personas que se convierten en sombras.

Eso me ha llegado a causar angustia.

El se transformó también.

Se ha convertido en algo oscuro, nefasto... e infinitamente desdichado.


2 comentarios:

Soros dijo...

Hay veces que se intuye, sin ver ni conocer ni saber, que los demás tienen por dentro una turbulencia que no les deja vivir y hasta que eso no se asiente no les deja parar de ninguna manera. En el proceso, los interesados, pueden tomar aspectos cambiantes hasta que el torbellino acabe y puedan colocar tranquilos los afectos en su sitio y la vida vuelva a ser algo más apacible y se le vaya tanta esquina.
Porque los rencores, aunque a veces hasta pueda sentirlos el destinatario, es al que los tiene a quien más atormentan.
Saluditos, con algo de guasa, desde la madre patria. ;-)

Paz Zeltia dijo...

bueno,
todos sufrimos metamorfosis
¿no?
(aunque las mías no son tan impactantes que no me reconozca)