jueves, 13 de mayo de 2010

Solía volar


Solía hacerlo con esas alas que retan a las tormentas y al viento huracanado o ligero. Gustaba de hacerlo bajo la lluvia, a pleno sol, o en la penumbra de la intimidad mil  y una veces compartida. El caso era volar. Sentir y repartir esas caricias mágicas que tocaban no solo el cuerpo, sino el alma. Plena, satisfecha y segura de que las cosas eran, fueron y serían siempre así. Hasta que sus alas comenzaron a quemarse.  A sufrir lastimaduras serias. Cada vez que, esperanzada, se acercaba a la flama de aquel cirio. Solo porque le recordaba antiguos vuelos hacia un sol que agonizaba.
Ahora, los que volaban, eran pájaros negros. Aves oscuras que graznaban incoherencias. Cosas que dolían y desgarraban y contaminaban sus recuerdos mas felices.

Si tan solo supieras.

4 comentarios:

conejo con escafandra dijo...

Sí,............lo se.

Lan dijo...

Uno de los peligros del tiempo libre es tener la oportunidad de descubrir la verdadera vida, esa que creías asentada. El renacimiento es la compensación que, aunque parezca inverosímil, es la salida real.

Insumisa dijo...

CONEJO
¿Lo sabes?
¿Qué sabes?
¿En serio?

LAN
Entre renacimientos te veas...
Saudades, mi buen amigo.

Lan dijo...

Te entiendo.
Ojalá que tengas pleitos y los ganes. ¿Algo así?
No quisiera verme entre renacimientos pero, ya sabes, no queda otra: Aceptando lo que venga, no es ninguna broma.
Un abrazo y un par de besos.