lunes, 19 de agosto de 2013

Algunas cosas


Son tan difíciles de retomar, como difícil es volver a creer, después de perdida la confianza. 
Eso digo. Eso pienso. Eso creo.  Pero, sin ánimo de inventar el agua tibia o descubrir el hilo negro. La vida es así.
Intento entender. 
Vivo sola por elección. De nuevo en la costa hace mas o menos cinco semanas. 
Voy y vengo. Y si no quiero ir, no voy. Me quedo. Como hoy. 
He recibido visitantes. PERO, luego de un tiempo comienzo a sentirme asfixiada. Algunas personas son muy invasivas y no se dan cuenta. Procuro no serlo. Sin embargo, supongo que llego a hostigar sin darme cuenta.
Los desarreglos físicos dan cuenta de la presencia de mas gente. Casa viva. Luego tardo días en acomodar. Dicen mis hermanas que soy una especie de Robinson. Entonces, mis perritas deben ser una suerte de Viernes, pero como ese nombre ya está visto, las llamaremos Miércoles y Jueves. 
Se fueron ayer. Dejaron olvidadas algunas cosas. Me sentí un poco triste, una se acostumbra a estar acompañada y chacoteando. Bebimos del vino dulce artesanal que trajeron ellos. Terminamos con mis reservas de Merlot, le dimos un buen bajón al tequila reposado el sábado. Visitaron la playa y fuimos donde un balneario de aguas termales. Luego el silencio de la casa de nueva cuenta. Interrumpido solo por ladridos de esa pequeña Jueves que se cree rottweiler. He utilizado casi todo este día en recuperarme de la visita. Con la casa aun no termino. Pero lo haré. 
¿Cuánto tiempo mas tardaré en entender al mundo?
Ni lo se, ni lo adivino y por hoy ya no lo intento. Lo disfruto.

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