jueves, 27 de diciembre de 2012

El Patón, su madre y los amigos de ella.

La Vanesa se pone contenta cuando llegan los cuates. Luego, cuando se van, se queda triste, va y se para en la esquina del terreno y aúlla lastimeramente. Pero ellos no podían mantenerla. Su padre, es como el abuelo. De los que van y "tiran" lejos a los perros que ya no quieren. Salvajes los dos, salvajes y hasta brutales con los animales. Pero la Vane se ha salvado merced a la intervención de las tías. Hoy mas repuesta y entrada en carnes, ha parido. Casi todos los cachorros murieron. Solo ha sobrevivido el Patón. Se ve que será un perro grande, zancón como la Vane, pero lindo como el Akita que es su padre. 
La Vanesa no tiene pedigrí. Es una mestiza rubia, hija de "sepaquien"; es amiga del "Youcito". Se quieren bien, pero son de distintas razas. Ella es alta y esbelta, de pelo corto y cabeza angular. Muy huraña y ladradora. El perro pequeño y peludo es negro, lleno de rastas. Encantador y juguetón.  
Ella está bien ahora. Viendo de cuando en cuando a los niños que fueron sus amos. Llegan a la casa de los abuelos y la mestiza se vuelve loca de contento. Brinca y corre atrayendo la atención de los cuates. Se conforma con los minutos que le regalan jugando a la pelota. Luego se queda triste por algún tiempo, pero no demasiado. Tiene a su amigo Youcito y a cinco gatos que también viven en el enorme patio de los abuelos.

3 comentarios:

Lan dijo...

Independiente y sobria, pero con algunos amigos. Ya le vale. Otros no tienen tanto.

Insumisa dijo...

Digamos que los cinco gatos no son precisamente sus amigos, pero ella se divierte molestándolos. ;)

Lan dijo...

A veces, a quienes más nos cuesta querer son quienes más lo necesitan.