martes, 27 de noviembre de 2012

Carente de sentido


Estuve leyendo recientemente algunos textos interesantes; se me quedaron en la memoria un par de cosas. Algo así como aforismos, pero no tan científicos. La primera es que no son las personas las que nos hacen daño o lastiman, sino las expectativas que tenemos de ellas. Releí esta afirmación. Y me quedé analizándola por un buen rato. 

Concluí que debo trabajar ese aspecto de mi personalidad. No esperar nada. No en el sentido que me gustaría. Porque espero importarle a la gente que me importa. Pero si no sucede de esa manera, entonces, aceptar el hecho. Dar vuelta a la hoja y seguir con lo mío. Es decir, no tomarlo de manera personal. Total, deshecho estaba. Me detuve a re-pensarlo y concluí UNA VEZ MAS, para mi sorpresa, que no soy el ombligo del Universo. Digo, si estando frente a frente con las personas, es difícil que nos entendamos, aunque al parecer, se hable el mismo idioma. Entonces las relaciones a distancia son un pelito mas difíciles. Ya no deseo exponerme a ser lastimada. No le veo caso. Lo malo conmigo es que creo en la amistad y soy, para mi fortuna o desgracia, leal a ese sentimiento. Pero debo guardar mi distancia en ciertas circunstancias. No porque carezca de importancia un hecho en si, sino precisamente para salvaguardar lo bueno que me ha quedado de aquello que creí lindo y recíproco. 

Otra cosa que se me quedó fue una frase de Albert Camus. "La estupidez insiste siempre".

¡Ave María Purísima!

Esa soy yo... la que a veces no aprende... en esas cosas... las del corazón. 




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