jueves, 2 de junio de 2011

Ni Romeo ni Julieta

Pero somos.

Ella se empeña en creer que sí. El le dice que fluyan a la vida y a la libertad. Ella es divorciada desde hace mas de 10 años. El sigue casado hace mas de 20. Ella vive con sus hijas, trabaja, es responsable y mantiene su hogar como las buenas. El habita el 2do piso de una casa que es de su mujer y de su hijo. Los divide una distancia física grande. Ella en el norte, él en el centro del país. Sus encuentros sexuales han sido pocos. Ella se traslada a la capital, él la recibe en la terminarl aérea. Son los acostones mas caros de que he tenido noticias. Todos o casi todos pagados por ella.
A él lo maltrata su mujer. "La portera" le dice porque lo está checando en cada entrada y salida de casa. Y cómo no, si puestos a pensar, él vive sobre la casa de ella, o lo que es lo mismo, sobre su cabeza.
Que la mujer es mala y mal averiguada dice el esposo que "fluye". El pobre solo recibe malos tratos y quejas de su esposa. Por eso requiere de la presencia de alicientes en su vida. Ella, la del norte es un aliciente bueno. Le sale barata. Le llama poco. La visita menos. Le hace sentir viril, potente, libre e importante aunque trabaje en un tianguis vendiendo ropa económica y sus recursos sean limitados.
La del norte quiso un buen día poner límites y las cosas en claro. Su futuro sobre la mesa... y descubrió que no existía tal. Que jamás existió. El respondió que no le gustaban las discusiones. Que solo fluía con la vida. Que le gustaba su "libertad".

Y yo... yo me he estado riendo de eso desde que mi amiga me contó la historia. No de la historia, sino del tipo maltratado y "libre" que vive sobre el tejado de la casa de su esposa.
Final de la historia... creo.
Una historia que ella creyó de amor.
Una historia que él ya borró de su memoria.

Algunas historia se parecen mucho a otras.
Unos que dan en demasía, otros que dan menos que poco.
Y algunas que escriben gracias a eso.


2 comentarios:

Soros dijo...

Hay muchas personas, hombres y mujeres, que se dedican sólo a fluir por el mundo. Unas puede que sean egoistas, otras desengañadas y, tal vez, otras sean simplemente perezosas. Pero, a la par, hay grandes amores que perduran y vinculan la vida, al menos la vida emocional, al ser que aman. Y, al final, cada uno navega por este mundo como puede. Qué puedo yo decirte.

Anónimo dijo...

¡Demonios locos!
No me deja publicar nada con mi nick name.

Piel de letras