viernes, 8 de octubre de 2010

Cuentecito terapéutico

¡Ay de mi! dijo dolorosamente aquel remedo de mujer feliz.
¿Sucede algo, mujer? preguntó la rama casi amputada de un árbol seco.  
¡Señor! que he de estar agonizando, si escucho hablar una rama tronchada. ¿Me habré equivocado de medicamento otra vez?
Es probable. Ahora que lo mencionas. Nunca nadie me había escuchado antes. Porque por principio, ni tengo boca, y mucho menos cuerdas vocales. Aunque pensar, sí pienso. Desde hace muuucho tiempo.
La mujer se puso de pie. Había permanecido sentada junto al árbol seco mas horas de las que recordaba. Luego rodeó el tronco rugoso y miró con curiosidad la rama aquella de la que parecía salir una voz algo tímida y comedida. No, los árboles no hablan. Las ramas no hablan. ¡Qué locura! tampoco hablan los amantes imaginarios. Porque si existen, pero no son, ni están, entonces no hay nada. Y si no hay nada. Aunque la vacuidad existe, el amante no. ¡ESO ES! no somos nada.
¿Es esto un velorio? preguntó entre reflexiva y sarcástica aquella rama. Porque siempre se dice eso en los velorios "no somos nada". Una frase hecha para la ocasión.

No, no era por ahí que iba esto (sigo dopada, en estas condiciones no importa mucho charlar con una rama) tú no existes. Eres un producto de mi imaginación alterada por el salbutamol que segurito me está provocando alucinaciones.
¿Padeces asma? preguntó la rama curiosa e interesada en el tema.
No, ¿y tú? respondió con sarcasmo la mujer semi-feliz
La ramas no tenemos pulmones. ¿No lo sabías? para padecer de asma bronquial, habría que tener primero pulmones. Boca para inhalar el salbutamol y manos, supongo, para sostener el inhalador.
Por otro lado- continuó la rama- el salbutamol no produce alucinaciones. Los efectos colaterales del salbutamol, a saber, incluyen taquicardia, palpitaciones, cefalea y ansiedad, pero no alucinaciones.
¡Qué fastidio! de todas las ramas que pudieron haberme tocado como alucinaciones parlantes, tenía que sucederme justo a mi, que fuera una rama nerd. Una maldita, retórica y sabionda rama-alucinación parlante.

Alto, alto, alto. Deten tu sermón, rama. Si vamos a tener una conversación, será de algo que me interese a mi. No de las tonterías que se te ocurren a ti. Eres MI alucinación, así que hablaré contigo de lo que me de la gana.
Está bien, respondió la rama con mucha educación. Se notaba que era una rama de altura. Hablemos de lo que te importa. Te escucho.
¿Que no te hacen falta OREJAS para escuchar, ramita parlante? dijo con falsa dulzura la mujer. No recibió respuesta de la rama. Parecía tener demasiada educación para caer en aquello de los "dimes y diretes" de la mujer.

Está bien. Lo diré de una buena vez. ¿Ves este teléfono? la rama, aunque sin ojos, parecía seguir la dirección en la que señaló la mujer el teléfono negro de la mesa de noche. "Digamos que sí", respondió con cautela la rama. ¡Pues no ha sonado! estalló la mujer ¡Ni una sola vez!
Ya veo...
¿Qué ves?
Lo que te tiene tan alterada. Es que esperas la llamada de alguien que no ha llamado.
¡Qué perspicaz! ¿no te da miedo que te secuestren los marcianos, rama lista?
La rama, temiendo por lo que le quedaba de vida, volvió a guardar cauteloso silencio.
Efectivamente. NO ME HA LLAMADO. ¡Ni una sola vez! ¿Sabes lo que eso significa?
... no
¡Que no le importo! ¿eres idiota? ¡NO LE IMPORTO! ¿no lo ves?
Si me permites deci...
¡NO, NO TE PERMITO DECIR NADA!.. o bueno... di.  Siempre y cuando no sea una idiotez.
Eso es algo que no puedo prometer. Pero desde donde estoy, puedo ver algunas cosas que tú no.
¿Si? ¿qué cosas no veo yo, rama lista?
El teléfono, ese de tu mesa de noche. El que señalaste con tanta ira. Está desconectado.

FIN

Las mujeres felices no tienen árboles secos en su alcoba. Las semi-felices tienen teléfonos que no suenan cuando deberían. Los remedos de mujeres felices, se quedan esperando llamadas que no llegan.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Espectacular , me encanto Des. la moraleja , genial y muy muy real.
( recién me entero que puedo comentar a través de wordpress, no hace falta que te recuerde lo despistada que soy no? jajajajajja)
quedo a la espera del próximo,besossssss

Lan dijo...

A veces las mujeres no esperan nada y toman sus propias decisiones y hacen lo que quieren. Y, más que decir "No somos nada" van y dicen:
- ¡Hay que joderse lo que somos al cabo!
Y luego se toman una copa y siguen viviendo tan pimpantes.