jueves, 22 de mayo de 2014

Tendré que

Acostumbrarme
a tu ausencia omnipresente.
El recuerdo de tu aroma
y tu perfil desnudo bañado de luz de luna.
A las preguntas sin respuesta.
A esos desencuentros como el de hoy.
Tu horrorosa ortografía
que ya jamás podrás corregir.
Una tarjeta olvidada en un recóndito lugar de la alacena.
Tu inconfundible letra y el mensaje casi palurdo.
¿Cómo pudo ser?
¡Yo que se!
Me enamoré de ti, no de tus letras.
En esto de la vida, fui yo, quien resultó ser analfabeta.

2 comentarios:

Lan dijo...

Parece que el sentimiento es una serpiente que llevamos dentro. A veces, aletargada y dormida pierde el movimiento. Pero, otras veces, algún pequeño estímulo la activa y se mueve y sale y muerde en lugares que pensamos que ya eran insensibles.
Apapachos, señora.

Insumisa dijo...

Gracias Lan. Me gusta la metáfora que hiciste, "Una serpiente aletargada y dormida"... ni mas, ni menos.
Apapachos de regreso.