miércoles, 15 de diciembre de 2010

A medio camino

La vida es una gran interrogante.


"Que gane o pierda no es lo importante.
¿Qué es lo importante entonces?
Poder seguir mi ideal.
           ¿¿¿???
¿Qué es un ideal?
Es, la misión de un verdadero caballero. Su obligación... su privilegio."
                                                                                                             El hombre de la mancha.

Desde entonces, se creyó don Quijote. Un Quijote femenino adolescente. Pero segura de una sola cosa. Tener ideales y luchar por ellos, era mejor que tener ideas y sentarse a ver pasar la vida.

"¿Por qué haces estas cosas?
¿Qué cosas, mi dama?
Estas cosas tan ridículas que haces.
Quiero agregar una medida de gracia, al mundo.
¡El mundo es un montón de excrementos y nosotros somos los gusanos que nos arrastramos en el!
Mi dama sabe mejor lo que está en su corazón.
Lo que está en mi corazón me podría llevar a medio camino del infierno."
                                                                                                                      El hombre de la mancha.


2 comentarios:

Lan dijo...

"Perdóname, amigo, de la ocasión que te he dado de parecer loco como yo, haciéndote caer en el error en que yo he caido de que hubo y hay caballeros andantes en el mundo." (Don Quijote de la Mancha)
Así que, amiga Piel de Letras, que te desengañen a ti también estas postreras palabras de Don Quijote a su escudero Sancho. Porque, en efecto, no hay caballeros andantes en el mundo y todos nos movemos en él dando una de cal y otra de arena, y siendo a veces deslomados o deslomadores, porque nuestra naturaleza no es cosa definida y podemos pasar de las altas bondades a las bajas vilezas y, pese a todo o quizás por ello, continuar inscritos en el género humano.
De corazón.

Insumisa dijo...

"Mi amigo sabe mejor lo que está en su corazón"

Crea y recrea personas y personajes EL ESCRITOR.
Don Quijote, es cierto, estaba loco. En tanto duró su locura, contagió a algunos de sus sueños imposibles. Gente sin esperanza y sin anhelos. Sin ideales y con una visión tan limitada, que solo alcanzaban a ver lo que sus ojos dictaban.

Eso es lo que me enamoró del ilustre viejo loco. Que sembró algo en el corazón de una perdedora y de ahí en mas. Germinó en mil cosas hermosas.