Ya sabes, dijo: "Cuando te asomas al abismo, el abismo también te está mirando". Tardé un poco en entender eso. Igual me pasó con el libro de Richard Bach, Juan Salvador Gaviota; necesitaba estar en disposición de aceptar ciertas cosas que me negaba a ver. Casi nadie que yo conociera confesaba haber cometido un error con sincera humildad; ya no digamos responder que no se sabía tal o cual cosa, reconociendo con honestidad su ignorancia.
Pasaron mas de 4 años y si me apuras, hasta cinco, para acceder a la invitación de mi amiga L. al entrenamiento del que hablaba con tanto entusiasmo desde tiempo inmemorial. Peleada estaba con la idea de convertirme en uno de los perros de Pavlov. Lo de adiestrar, entrenar o programar el cerebro para tal o cual fin; me parecía inadmisible. No estaba bien. En el supuesto caso de que funcionara ¿Qué pasaría con la naturalidad? la espontaneidad; la sincera reacción/interacción humana. "Se corrían riesgos". A ciencia cierta no sabía de qué tipo, pero; "a mi no iban a hacerme un coco wash"
Pasaron mas de 4 años y si me apuras, hasta cinco, para acceder a la invitación de mi amiga L. al entrenamiento del que hablaba con tanto entusiasmo desde tiempo inmemorial. Peleada estaba con la idea de convertirme en uno de los perros de Pavlov. Lo de adiestrar, entrenar o programar el cerebro para tal o cual fin; me parecía inadmisible. No estaba bien. En el supuesto caso de que funcionara ¿Qué pasaría con la naturalidad? la espontaneidad; la sincera reacción/interacción humana. "Se corrían riesgos". A ciencia cierta no sabía de qué tipo, pero; "a mi no iban a hacerme un coco wash"
Llegado el momento, pasado el tiempo, calmados los ímpetus. Acepté la invitación. No tenía de otra. Mi amiga se había esmerado mucho estos últimos años. Además, me aseguraron que el entrenador tenía por norma, que si llegado el sábado a las 10 de la noche, desistías; si no te gustaba, por cualquier motivo, devolvían el dinero de la inscripción sin preguntar.
Mi plan era aguantar estoicamente jueves, viernes y sábado hasta la hora indicada. Darle una disculpa a mi amiga y simplemente saldar airosamente mi vieja deuda con aquella invitación.
Mi plan era aguantar estoicamente jueves, viernes y sábado hasta la hora indicada. Darle una disculpa a mi amiga y simplemente saldar airosamente mi vieja deuda con aquella invitación.
4 comentarios:
Donde las aguilas se atreven ¡¡
¿Las águilas?
Al que yo conocí mas parece... mmmmm... no puedo decirlo sin parecer peyorativa. El post no está terminado. No había tenido tiempo para dedicarle. Tal vez esta noche, cuando llegue del cine.
Saludos señor conejo con escafandra.
Saludos Sra. Insunisa, no lodijo pero lo pensó.
Conejo, ya publiqué lo que sigue de este relato. Lo pensé y lo he dicho/escrito. Pero es solo el comienzo. Espero que la escafandra no te ahogue de calor.
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