Todo marchaba ok. Y eso fue pretérito. Caí y mi madre también. Lo mío cosas casi nimias pero quebrantaron mi salud. ¿Ella? fractura de cadera... a su edad... sentencia para todas.
Hemos estado visitando por turnos la cama 128, desde hace varios días. De cuatro horas la jornada. Guardándonos para lo que sigue. La intervención, el implante y la convalecencia.
Un segundo, un descuido y cambia la vida.
Giros del destino.
... lo dicho. HAGAMOS LIMONADA.
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