No obstante, parecieron demasiadas. Y así, como si tal cosa, se le fue yendo la vida. Con tan pocas cosas preciadas, como "Los pájaros perdidos".
Sentir alegría
La lluvia
Los olores a yerba fresca, tierra mojada y el aroma del café recién hecho.
Ver amaneceres luminosos, días nublados y cielos rojizos.
Escuchar el mar, el viento entre los árboles a finales de agosto, la música y bailar.
¡Los zapatos! ir al cine, salir de día de campo. El teatro, las noches estrelladas y el frío.
Le gustaba escribir, soñar y sonreír.
Conocer nuevos lugares, viajar y preparar la cena en Navidad.
Adoraba amar y sentirse amada.
Pocas cosas... así de simples, le gustaban.
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